Tener controlado cada una de las partes de un avión es de vital importancia para así evitar posibles accidentes, pero sin lugar a dudas uno de los componentes aeronáuticos que más supervisión tiene que tener es el motor del avión.

Monitorizar el motor del avión es de vital importancia para descubrir a tiempo fallos en éste y tratar de solventarlos lo antes posible. Para ello lo primero que se hace es establecer una serie de parámetros que se consideran normales y que servirán como modelo a comparar. Una vez que se tienen las referencias se empieza a monitorizar el motor y a analizar esos datos.  Con todo esto se puede conseguir detectar fallos graves o piezas que se encuentran en mal estado.

Todo esto la empresa Curtiss-Wright lo consigue gracias al sistema  S3DR-EMU, un sistema que mantiene el registro de la turbina de potencia y de las velocidades de eje del generador de gas, el par motor y la temperatura del gas de escape todo esto a partir de los sensores del motor existentes junto con su propia temperatura interna. Además, el  S3DR-EMU también registra cuando ciertos parámetros de rendimiento del motor sobrepasan los límites pre-programados que se consideran normales. En este caso el sistema  S3DR-EMU presenta una autonomía de grabación de 2.000 horas.

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