A medida que crece la demanda de computación de alto rendimiento en aplicaciones de defensa y aeroespaciales de misión crítica, aumenta la necesidad de una integración perfecta, una conectividad más rápida y una fiabilidad robusta en los sistemas embebidos. Las tecnologías VPX llevan mucho tiempo a la vanguardia de la computación embebida compleja, donde diversos sistemas y componentes deben funcionar de forma cohesionada.

VPX (VITA 46) existe desde la década de 2000 y, como sucesor de VME, se desarrolló para satisfacer las mayores exigencias de rendimiento de las aplicaciones de misión crítica. Tras múltiples revisiones, los sistemas VPX/SOSA han ganado terreno en los últimos años y se han convertido en requisitos de facto para los sistemas actuales y futuros.

Optimización de la integración con chasis de desarrollo VPX

En su forma más simple, un chasis de desarrollo VPX se puede utilizar para probar y desarrollar placas individuales, de modo que los fabricantes pueden simplemente conectar una tarjeta al sistema para acceder a las pruebas y la depuración, por ejemplo. Esto facilita el intercambio y la reconfiguración de placas en un chasis de plataforma abierta. Sin embargo, la mayoría de los chasis de desarrollo VPX se utilizan para el desarrollo de sistemas más grandes que requieren una placa base.

El objetivo fundamental de un chasis de desarrollo VPX es permitir al usuario crear el mapa de los flujos de datos, o el perfil (como se conoce), de la aplicación prevista, y es crucial disponer de un entorno que permita probar e integrar hardware compatible con VPX. La unidad actúa como una plataforma flexible, comprobable y adaptable que optimiza este proceso y reduce el tiempo y los costes asociados al diseño y la integración.

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