¿Sabes qué sucede cuando una CPU se calienta demasiado? Principalmente se presenta un problema de bajo rendimiento del sistema ya que los circuitos que se encuentran dentro del dispositivo funcionan de manera más lenta. Para que esto no suceda a la hora de diseñar sistemas de información rugerizados, es importante tener siempre en mente los problemas de gestión térmica.
Por regla general, existen dos niveles de protección integrados en el chip para proteger al sistema del sobrecalentamiento. Por una parte encontramos el apagado crítico que, en el momento que se activa, apaga todo el dispositivo con el fin de evitar daños físicos. El segundo nivel de protección es el que se conoce como aceleración, que ocurre a un umbral de temperatura más bajo que el apagado. En este caso, lo único que sucede es que se ralentiza todo.
Por ejemplo, en el caso de los procesadores Intel, se reduce de manera automática el rendimiento en función de la carga de trabajo del procesador y su entorno térmico. Esto, que es una medida óptima en el caso de sistemas que se calientan después de emplear una gran cantidad de energía, no lo es para para aplicaciones de defensa que operan en un entorno de misión crítica. En estos casos, en las aplicaciones de defensa como, la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento (ISR), se requiere un rendimiento consistente por lo que la limitación del procesador puede afectar de manera directa en el éxito de la misión.
Para estos casos, la mejor opción es el enfriamiento por conducción, una técnica que se define como la transferencia de calor a través de sólidos. Puedes saber más sobre esta técnica en el siguiente enlace.