El uso de los UAVs ha proliferado en los últimos años, tal es así que en la actualidad es posible ver diversos vehículos aéreos no tripulados volando por el mismo espacio.
Pensados inicialmente para la vigilancia militar, los UAVs han evolucionado adaptándose así a un sinfín de funciones: desde transporte y logística hasta la agricultura, pasando por una gran cantidad de servicios comerciales. Esta variedad en el uso hace que la cantidad de UAVs por tierra, mar y aire sea cada vez mayor, por lo que hay que poner medidas para velar por la seguridad de los mismos. ¿Cómo hacer esto? La respuesta se encuentra en el componente de base.
La estación base o estación de tierra, es aquella que se encarga de controlar la posición del UAV en todo momento. Si bien es cierto que es de vital importancia que los vehículos cumplan con una gran cantidad de requisitos para asegurar la seguridad, el caso del componente base no puede ser menos.
Este componente debe ser eficaz y eficiente y controlar, en tiempo real, todos los movimientos que se están dando en el campo de actuación en el que está en ese momento el vehículo no tripulado. Para conseguirlo, la empresa CoreAvi, ha puesto a disposición de los fabricantes de UAVS su tecnología basada en softwares de gráficos de punto crítico, conocidas también como OpenGL. Esta tecnología permite ajustarse a las necesidades de cada vehículo y tomar datos de manera fiable y precisa y, lo más importante, segura.
Con el fin de complementar dicha tecnología, desde CoreAVI se trabaja también en hacerla compatible con los hardwares de decodificación de vídeos, de esta manera se podría acceder de una manera rápida a la información y aprovecharse de otros sistemas ópticos avanzados, así como de infrarrojos y de sensores de control de vuelo.
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